El hierro es el elemento más común de la corteza terrestre y se encuentra en casi todas las fuentes de agua dulce del planeta.
Las quejas más comunes sobre la contaminación por hierro son el mal sabor y la decoloración. Las partículas de hierro también pueden afectar negativamente la longevidad de las tuberías y los aparatos. Las altas concentraciones pueden causar efectos negativos en la salud y envenenamiento por metales pesados.
El tratamiento es un simple proceso de oxidación, que convierte los compuestos de hierro insolubles en una partícula no soluble. Esta partícula oxidada puede eliminarse fácilmente mediante la filtración de arena.